ya son treinta y uno

martes, septiembre 06, 2005

MAL Y DE MALAS

Me sorprende como el Chico Colombia me conoce cada vez más. Sus comentarios, sus gestos, sus guiños están cargados de sentido. Cuando empecé a trabajar con él, nunca pensé que pudieramos tener esta especie de "complicidad". Hoy me dijo que no importaba cuánto tratara de disimularlo, él sabía que yo no estaba bien. Mira qué me sorprendió! Si hay algo que me sale de maravilla es disimular esta angustia, este desazón, la nausea como diría el viejo Profesor.
Al final, cené con Los Niños. Planeamos el viaje a Acapulco por el puente. Ahhh la playa. Tengo ganas de ver el mar y tirarme al sol. Esas horas, absolutamente inmovil, tirada en la arena me emocionan: salir, escapar, huir.. viajar.
De lo demás, sin novedad alguna. La llamada de Islerodemiura llegó puntual. Ya casi llevo un récord de sus apariciones. Un día sí y uno no. Como para hacernos creer que no estamos necesitados uno del otro, que podemos vivir tranquilamente sin llamarnos aunque al final, como una bocanada de oxigeno, regresemos para respirarnos. Tal como el cuento aquel que escribimos hace unos años: el del viejo en la playa, el que escribe junto al mar, con una mujer y unos hijos en casa... al que yo volvería siempre, después de cada viaje, con la maleta en la mano, el vestido negro y el 'foulard' al cuello... regresaría siempre, aún jurando (y mintiendo) que esa sería la última vez.

la que escribe Bridget Jo :: 02:10 :: 0 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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