ya son treinta y uno

miércoles, octubre 26, 2005

COMIENDO CON EL ENEMIGO

Guapo como él sólo, el Extranjero en turno me esperaba en la mesa del restaurante, mientras yo me volvía loca pegada al claxón en medio de un embotellamiento que estaba por echar por tierra mi cita triunfal. Aunque siendo honestos, desde el inicio de la 'relación' (jaja) nunca ha pintado para nada más que dos besos apresurados mientras nos quitamos la ropa. En fin, apenas llegué, el susodicho traje perfecto, como pintado y corbata hermés al mejor estilo corporativo, estaba a punto de irse visto el retraso. De la entrada a la mesa, me tardé otros 30 minutos mientras besaba a todo mesero, garrotero, capitan y administrativo que se me cruzara enfrente ante la mirada atónita del jóven. ¿Qué se le puede hacer? Mi pasado arrabalero y querendón no me permite ignorar a mis viejos compañeros de trabajo. Pasó justo como tenía que pasar, platicamos, nos reímos, hablamos hasta de sus pininos poéticos y terminamos con un 'hablamos' que queda clarísimo que no va a suceder hasta que la hormona nos domine. Hay que decirlo, de estas cita salió un buen artículo, un taco de ojo y la desazón de saber que al susodicho le gusta más mi trasero que mis ojos.

la que escribe Bridget Jo :: 19:57 :: 0 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

---------------oOo---------------