ya son treinta y uno

miércoles, noviembre 30, 2005

VUELVEN LAS MARIPOSAS


Esas que hace mucho no sentía justo en el angulo que se hace entre el ombligo y la razón. En fin, es curioso, pero se sienten. Se sienten cuando aparece el lapicito moviéndose en el chat, ese que me anuncia su respuesta, se sienten cuando suena el teléfono, se sienten a cada frase inesperada, se sienten cuando las repito como sin querer y queriendo, en fin, se sienten sobre todo ante la simple idea del próximo encuentro. ufff!
Y ahora que no me vengan con el cuento de que juré que no iba a caer. Lo admito, lo dije y lo pienso aún. Pero tampoco me voy a poner de necia, ya quité las manitas, arranqué la carrera y si rompo la boca, será de buena cara.
En fin, la historia con el Pibe Inesperado va que ni pintada. Horas en el chat, sorprendiéndonos a cada frase, planes para no desempiernarnos al menos en los próximos dias y tantas ganas de enfrascarnos en una noche de mordidas indecentes. Se nos ha instalado ese chip cursi, obligatorio en estos casos, pero sin perder la conciencia. La historia tiene, y muy clara, su fecha de caducidad: mitades de diciembre. Él lo llama "amor envasado en origen. consúmase antes de su fecha de vencimiento". ¡Que atascón!
En tanto, como era de esperarse, Islerodemiura ha hecho su aparición de siempre. Esa en el momento menos adecuado. Llama, pide que llame, deja mensaje. Lo intuye, lo sé. Pero también sé (ya era hora!) que su tiempo se quedó en la pagina anterior. Arrivederci, bambino.

la que escribe Bridget Jo :: 18:21 :: 4 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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