ya son treinta y uno

miércoles, diciembre 28, 2005

OTRA, OTRA, OTRA!

Que en mi vida las cosas no sólo pasan una vez, era cosa sabida. Y a este punto creo que cada uno de mis dias podrían empezar como aquella colección de cuentos chilenos: Había otra vez... Después de una mañana con La Niña Paz sin dejar descansar a mi cabeza aún en vacaciones, decidí darme la tarde entre amigos. Un café con vista al parque con Chiquito Gurú, una entrevista más acompañados de otro café en serie para terminar con La Niña de la Política en dilema amoroso. Por la mañana me la encontré en línea y un simple "aló" me hizo entender que las cosas del amor obsesivo (una vez más) estaban al límite.
"¿Cómo hago para salir de esta codependencia?" me preguntó.
"Saliéndote" contesté.
Como si mi historial amoroso me diera alguna autoridad moral para aconsejarla, quedamos por un café (obvio). Cuando llegó caminando de prisa me recordó tanto a mí hace unos días: la cara sonriente, el ánimo incansable(y hasta un poco exaltado a punta de brindis navideños), las anécdotas siempre en la punta de la lengua pero los ojos brillosos, de vidrio, esperando sólo una palabra para reventar en lágrimas.
La tarde se convirtió en noche con la Niña del Web que se unió a la reunión de treintañeras independientes, inteligentes, intensas y en desamores. No sé si funcionó pero lo que es seguro fue lo terapeutico de la sesión.
Y cuando todo pintaba para cerrar con broche de oro, una vez más, en el lugar donde debía estar mi auto no había más que ¡un espacio vacío!. No pude hacer más que reírme. Justo hoy había decidido no ir con La Diseñadora Gráfica a la playa en pos del periodo de recesión por el que estamos pasando. Ja ja. Cero y van dos. Otros 500 y un poquito más de pesos que se me van de la bolsa directito a las arcas de la nación en menos de un mes. Para curar el desconsuelo, La Niña Web y yo nos tiramos a las reflexiones profundas (después de la ligereza de unos tacos al pastor) sobre su BuddySoCute, que ahora sabemos, es el mejor pretexto para vivir una vida que no gusta.
Cuando la noche estaba por convertirse en el día siguiente apareció en la pantalla del celular El Extranjero desaparecido durante tantas semanas (o meses?). Él con la misma cínica disponibilidad, la propuesta cero velada y yo con el Sí de mis ganas de meterme entre sus piernas. Llegó tan guapo y encantador como siempre pero cargado con mochila al hombro y dispuesto no sólo a pasar la noche sino a iniciar su día (ducha incluída) en mi casa. Las cosas procedieron como dicta el guión: un encuentro intenso, reconociéndo terrenos, sin tintes románticos pero indudablemente satisfactorio. Cuando me dí cuenta ya estabamos empiernados y durmiendo profundamente (confieso que después del paso del Pibe Inesperado cuesta menos encontrarse otros pies bajo las sábanas). Sin embargo, bastó un ruido lejano, un sobresalto para que el día nos cayera encima al alba. Después del performance mañanero, ninguno de los dos pudo volver a cerrar los ojos. Ni la mala costumbre que dejó El Pibe logró aligerar la tensión. Quince minutos después salió disparado de la cama. En el mejor estilo 'Runaway Bride' se cargó la mochila al hombro (de la que por obvias razones nunca desempacó nada) y se dirigió a la puerta.
"Nos vemos, nena" alcanzó a decir.
"Nos vemos" dije.
Y recordé que justo hace un año estabamos en nuestro primer encuentro, en el que los dos dejamos claro que después de una buena aventura de cama lo mejor es regresar corriendo a casa. Mejor despertar solo, con la conciencia de un buen performance, que acompañados deseando que el de junto se convierta en pizza. No mentimos, no hemos cambiado de opinión. Y aunque sigue encantándome esa mueca irónica cuando sonríe, no sé cuántas jodidas veces tendré que decirle que no me llame 'nena' aún con ese acento seductor.

la que escribe Bridget Jo :: 06:48 :: 4 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

---------------oOo---------------