ya son treinta y uno

viernes, diciembre 23, 2005

A VOLAR

Literalmente. El Pibe Inesperado está tomando un avión rumbo a tierras lejanas y no hubo grandes despedidas. Bueno ni siquiera hubo un encuentro, ni abrazos largos, ni lágrimas lentas, ni palabras del corazón. Es más, la despedida fue el día anterior, en un casual encuentro por messenger (así o más impersonal?). En fin, además de un "we shaked our worlds" y "me encantó conocerte", no hubo ninguna emotividad en el asunto. Lástima.
Esa despedida sui generis y el dia nublado obligó a que no me quitara la pijama para irme a trabajar. Estaba dispuesta a quedarme debajo de las sábanas y con la cabeza bajo tierra como buena avestruz cuando Mis compañeritos de banca decidieron llamarme, brindar e irnos a comer juntos con el pretexto navideño. ¡Qué maravilla tener alguien que literalmente te tire de la cama! Ahi voy yo, instalada en Jackie Kennedy, con cabello recogido, sueter, abrigo y grandes lentes negros (porque hasta pa' sufrir se necesita estilo, chinga!) a un restaurante ¡argentino!. En fin, luego de la arrachera y el flan sin dulce de leche, terminé otra vez con la voz quebrada con La Niña del Web. Me gusta. Ella, su platica, su compañía. Un gusto haberla encontrado.
Para terminar, hubo chocolate en casa de Chiquito Venezolano y ahí estaban todos los que tienen que estar: La Catadora y Marido Cineasta (que debo decirlo, cada vez se ve más interesante y atractivo), Los Argentinos A Punto de Boda, Chiquito Gurú y el Hermano Recién Llegado. Mucha risa y buen chocolate.
Esta mañana, la vida se ve distinta. Sigue igual de nublado pero tengo ganas de levantarme. Es hora de envolver regalos, hacerme todo el serial de tratamientos de belleza y cenar en casa con la Familia Pequeña. Esperemos que el buen humor resista hasta la noche.

la que escribe Bridget Jo :: 09:19 :: 8 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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