ya son treinta y uno

domingo, diciembre 04, 2005

WHEN HARRY MET SALLY



ok ok.. no vamos a hablar de mi buen o mal gusto cinematográfico.. simplemente la ví, cien años o una vida después y vuelvo a ser yo, vuelven a ser mis historias, vuelven a ser ellos, los ellos que han pasado por aquí para no quedarse... aunque ahora no sé si me parezco más a harry que a sally.

el fin corrió de maravilla, o casi. desde el viernes, la fiesta de Absolut estuvo increíble: vestidos de gala, el lago, el castillo de Chapultepec, la Big Band y Frank Sinatra (o por lo menos uno que se le parecía lo suficiente) poniendole sonidos a la noche. casi al despuntar la madrugada llegó el Pibe Inesperado a casa.

El sábado amanecimos juntos como ha sucedido casi toda la semana. El dia se nos hizo corto para despedirnos o largo para salirnos de la cama. ¡Vaya cosa! Se me había olvidado que se puede pasar el dia entero entre las sábanas, con las películas de pretexto en el televisor y el sushi a domicilio. La platica, como ya casi se nos hizo costumbre, fluyó suave. Ésta vez hablamos de él, de la familia, de mi y hasta de Islerodemiura, que por cierto pasó la noche, la madrugada y la tarde llamando. Al final contesté el teléfono y le pusimos fin a la historia, alguna vez conocida como la historia sin fin. Que triste es no sentir siquiera su ausencia. Creo que lo había dejado ir de mi cabeza hace tiempo y ni siquera había caido en la cuenta.

Por la noche, me fui con El Pibe Inesperado a la fiesta de la Niña Escritora. ¡Qué gusto verla y verme con ellos, los amigos de esas epocas! Y confieso en un ataque absolutamente ególatra, el mayor gusto es descubrir que la vida me pinta bien. De todos ellos, creo que La Niña Escritora y yo conseguimos hacernos una buena vida. Ella la tiene, al punto de estrenar nuevo hogar. Yo, confío en que algún dia pasará.

Le siguió la noche en el after, la "experiencia mísitica" fue de una ligera euforia, del gusto de pasar la noche con la mano de otro en la cintura, de terminarla cuando despunta el sol, de mezclar el sexo con palabras e iniciar el dia siguiente con un hombre inteligente compartiendo la almohada. Esos no son cosa de todos los dias.

El fin terminó con luces y esferas esperandome en una caja para darle espiritu navideño a la temporada. Aunque aún estoy decidiendo si yo traigo el espíritu puesto.

la que escribe Bridget Jo :: 23:27 :: 2 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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