ya son treinta y uno

viernes, enero 13, 2006

ENTRE ROBOTS, OSOS Y PECECILLOS TE VEAS

El Pibe Inesperado dice que así soy. Un robotito con fortaleza de metal que no se deja llorar. Y, desde el profundo sur dijo "llorá, llorá". Parece que le hice caso. Durante la terapia (y por más cool que llegué) terminé derramando tremendos lagrimones. Por Islerodemiura y por la desaparecida IximKerem (aunque esa era yo y yo siga aquí), por lo que quiero y no puedo, por lo que soy y lo que parezco, por lo que se ve y lo que no, por todo y por nada. Lloré a gusto y sin gusto. Después de una hora no se me habían acabado las lágrimas pero sí las fuerzas. Y curiosamente salí de ahí más tranquila. Dejé por un ratito a la editora cool de lado y terminé vestida de la treintañera vulnerable que le anda buscando sentido a su existencia.
Tras un café me las llevé a las dos a casa.
Y a las diez y media de la noche de un pleno viernes fiestero yo estoy aquí. Acostada bajo el edredón de plumas, con el fiel teddy que duerme a mi lado ya sin ojos y con el peluche gastado y con Manolo, más azul que nunca, que me mira desde las profundidades de su acuático hogar. Buenas noches.

la que escribe Bridget Jo :: 22:38 :: 4 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

---------------oOo---------------