ya son treinta y uno

jueves, enero 12, 2006

¡SE VIAJA!

Por absurdo que parezca apenas oigo hablar de un avión, la piel se me eriza. Si siempre lo he dicho, lo mío, lo mío son los viajes. Pues sí, mi gurú de los horóscopos tiene razón. El trabajo va viento en popa, aunque el asunto de la recesión aún no se resuelve.
En fin, lo más importante es que la próxima semana viajo al Bread&Butter de Barcelona. Pero como no sería mi vida si la cosa fuera tan tranquila, voy con tres pesos en la bolsa y sin hospedaje para dos noches. ¡Cosita fácil! Y basta pensar que hasta El Niño PR me había conseguido dormir con su Amigo Fotógrafo Exitoso. Lástima que de tan, tan exitoso era de esperarse que justo esos días no estuviera en la zona. El caso es que yo tengo un boleto de avión que está por depositarme en tierras extranjeras, muchos artículos por escribir, la certeza de que una vez más cruzar el océano y cambiarme el horizonte le da vuelta a la página y una maleta lista tras la puerta. A este punto, si El Niño PR quiere o no conmigo, es lo de menos porque su buena disponibilidad le puso una estrellita en la frente.
Con tantas prisas, tendré que terminar todo el trabajo por adelantado (como la Cenicienta separando garbanzos de lentejas antes de irse a la fiesta) y por supueso, la agenda está que revienta: mañana terapia con Chiquito Gurú, café condesero con Chiquito Venezolano y antro pa' inaugurar oficialmente el fin de semana (como diría conocido conductor de noticieros). Sábado de entrevistas, comida con El Niño llegado de Lejos, chelita con Un cadáver que me visita (lástima que la niña Jessquiciada no se pudo agregar al plan), fiesta en casa del Jóven Polanquero Neoyorquino y remato con el desayuno dominguero de rigor. Ah! y por si se me olvidaba algo, es el cumple de La Mejor Amiga! Uff!
Hablando de buenos amigos, hoy apareció en linea el pasado remoto. El Primer Amor, ese que desde los 12 me hizo girar la cabeza, las tripas y el corazón durante años. Ese que siempre me vio 'chiquita' para su (in)experiencia (apenas unos años mayor que la mia). Ese que me arrancó las primeras lágrimas después de las primeras caricias. Ese que se convirtió en confidente de mis primeras experiencias ajenas. El mismo que a mi regreso de Europa (y con varios añitos encima) me sorprendió con besos, abrazos y anexas de una noche. Ese que hace unos ayeres se plantó en un altar, entregó un anillo y tuvo un hijo. Hoy, seis mil y una noches después, ese Primer Amor sigue arrancándome una carcajada y un buen recuerdo. Porque aunque yo le diga que 'los caballeros no tienen memoria', comparto su teoría que hay cosas que no se pueden (ni se quieren) olvidar.

la que escribe Bridget Jo :: 21:48 :: 6 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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