ya son treinta y uno

lunes, marzo 06, 2006

HISTORIAS DE FAMILIA EN TELEVISION

No sé si estoy abueleando, pero después del viernes de cine y antes de un domingo coyoacaneando, el sábado me refugié en la familia, desayunando el bonito 'huarache' descomunal (con costilla como debe de ser) en pleno mercado de Jamaica. Ah! pero qué divertido es mercadear por ahí y hasta rematar con una nieve de coco.
De ahí, Los Chiquitos (en la fase más amorosa jamás vista), La Jefa y yo nos refugiamos en la casa chiquita esperando a La Señora Susanita y Marido Rojo con mi Sobrino Adolescente y Sobrino Chiquitin. En fin, (sin contar que La Abuela andaba de gira artística) estuvimos todos los que somos y los que estamos. Para rematar las risotadas del dia, tuvimos a bien poner la tipica peli grabada en un viajecito de hace unos años al mismisimo Puerto de Veracruz. Y oigame no! lo que uno ve en esas proyecciones.
Para empezar, cómo ha cambiado la vida de todos. En esas imagenes de televisión La Señora Susanita tenía otra familia.. aunque los hijos siguen siendo los mismos, no sólo cambió de marido si no de vida. No sé bien si decir que mejor o peor, ni siquiera sé si entonces era más feliz, sólo creo que ahora es más consciente de su propia felicidad.
El Niño Grande también ha cambiado. No sólo de novio, también de peso, pero lo más notorio es el cambio de actitud ante la vida. Será lo bien que le ha hecho la entrada del Niño Chico en su vida, será que está enamorado y bien correspondido (nomás había que ver tanto arrumaco que se traían los dos!), será la conciencia que genera una enfermedad, serán las terapias.. Entonces parecía feliz, hoy parece responsable de serlo.
Mirarme en la pantalla, también me generó una cierta inquietud. Aunque podemos decir que la única estable en eso de las relaciones soy yo (ya desde entonces andaba sola ja). En esas épocas venía llegando de tierras europeas, el pelo era más largo y el cuerpo tenía por lo menos diez kilitos menos. Me veía bonita pero desgastada. Me gustó la forma pero no el fondo. Recordé que esa figura no era producto de una dieta exhaustiva, ni de horas en el gimnasio, ni siquiera de una mejor alimentación, esa era yo, resultado de muchos meses de lejanía y desamores.

la que escribe Bridget Jo :: 10:53 :: 7 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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