ya son treinta y uno

domingo, junio 18, 2006

VELITAS VARIAS

El Chico PR sigue lejos y sin dar señales de vida (el futbol bien vale la desaparición hay que decirlo) y parece que las velitas ¿apagadas? que había dejado por ahí no se consumieron del todo.

En principio nos ronda Islerodemiura. Contra todo pronóstico, los últimos días han sido muy agradables a su lado. Cafecitos, películas, futbol y anexas nos mantienen entretenidos y acompañados. Nada para llamar a casa, pero nos deja con la tranquilidad de compartir los días con un viejo y querido conocido.

Después reapareció por ahí El Extranjero. Insistente como nunca quiso que nos vieramos. Y así fue. "Para la despedida" dijo. Aunque no entendí bien de que 'adios' se trataba accedí al encuentro. Cínico y cabroncete como siempre llegó hasta mi puerta. La plática fue buena, divertida y retadora. Habló (lo que nunca) de su 'enamorada' y preguntó por el mío. Cruzamos información y expectativas. Y aunque me gusta mucho -con esos ojos claros claros y la sonrisa irónica de lado- comprendí que es mejor guardar las distancias.
Yo -dice- soy una tentación.
Él -pienso- también lo es y va cargada de dinamita.
Tomemos distancia antes de la detonación.

Mientras tanto, el trabajo fluye -aunque las diferencias con El Editor siguen siendo cosa de todos los días. Por ahí, me topé con un miembro de La Communitá Italiana que resultó más divertido de lo que esperaba. Y hasta hizo un comentario halagador sobre mis tendencias políticas: cosa rarísima en un mundo donde me he acostumbrado a responder ataques por mi próximo voto!

Para terminar, el sábado después de tremendo desayuno-comida-cena familiar decidí reventar con El Primo Bodyguard y su Próxima Señora. Un poquito para cambiar de aires. Resultó divertido el evento: ejercité como es debido el piesecito bailarín y le entré a los tequilas con alegría.
Una nochecita de baile de esas que -almenos una vez al mes- me recargan de energía. Aunque terminen a las 5 de la mañana.
Buenas noches.

la que escribe Bridget Jo :: 04:39 :: 6 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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