ya son treinta y uno

domingo, mayo 28, 2006

¿BUENOS O MALOS DIAS?

Ora sí, no sé si decir que fue un buen fin o un verdadero desastre.

El viernes tocó la comidita de presentación del programa de El Actor Condesero y su banda lo que, no es por nada, pero levanta el animo que insiste en eso de la caída libre. De ahí directito a la terapia y, aunque no nos guste, no hay manera de huirle a uno mismo en sesión. Fue un trabajo fuerte, intenso, desgastante y triste, profundamente triste.

Para contrarrestar decidí no escapar a la obligación socialitera de viernes: ahí voy con La Niña Neumann y La Niña del Web a la famosa fiesta a la que, por lo que parecía, toooodo mundo quería asistir. Entre tumultos y 'hartas' caras conocidas nos instalamos drinkecito en mano. Yo no sé si fue el recién estrenado vodka o la falta de azúcar de los últimos días o la cosa de la terapia o los demasiados cigarritos o el corazóncito lastimado o qué se yo pero así, sin decir ni agua va, caí desmayada en medio del tremendo reventón. Entre la pena de lo que parecía un borrachazo y la preocupación de una cosa seria traté de recuperar la compostura. Y ahí te voy de nuevo, directito al suelo y sin amortiguación. Entre coca-cola, ayuda de los acompañantes, aire y barritas de chocolate salí casi arrastrando del tan reconocido evento.
Lo raro es que, bastó media hora, pa' que estuviera como nueva y cenando en el Barracuda acompañadas del Buddy So Cute que resultó, como su nick lo indica, so cute y buena compañía. Y que hasta incluyó el "mangarriatazo" como nuevo vocablo en el léxico popular.

La mañana del sábado la pasé con El Chico Grande y La Banda de la Señora Susanita en esos desayunos familiares que hacen que una se olvidé de los malestares (físicos y los otros).

Y por la noche, tocó mi estreno en eso de las Bodas Judías. Ah pero qué bonito! Hace mucho que no asistía a una ceremonia de esas emotivas que dan ganas de llorar. De la mano de El Chiquito Gurú también recién iniciado en esos eventos, nos lanzamos a la feliz unión. Sinagoga, chocolatitos, ruptura de copa y toda la cosa terminamos en el reventón demostrando que somos "La Pareja" a la hora del dancin'.
No paramos desde que se oyeron los primeros acordes hasta pasadas las cinco de la mañana de gastar la pista con nuestros mejores performances.
Ya para terminar, y con los pies que no responden, llegó otro desencanto que nos puso por tierra. Desapareció de la mesa y de mi bolsa el tarjetero con licencia, tarjetas y, como si estuviera el horno para bollos, todo el dinerito para terminar la quincena. Joder! lo único que nos faltaba.

Con el ojo remi me dormí casi a las 6 y profundamente triste una vez más. No habían dado las 9 cuando llegó el mensaje de La Mejor Amiga para confirmar el desayuno dominguero. A punto estuve de cancelarle, pero necesitaba una apapachadita de esas que sólo ella sabe dar.
De ojo hinchado y desvelada a cuestas nos pasamos las siguientes cuatro horas haciendo cuentos y recuentos de los últimos daños. Ella escucha atenta, luego cuenta sus propios devenires y terminamos comprando un boletito de la lotería augurandonos buena fortuna. Y por supuesto, en el caso, compartir los 30 millones.
Si la fortuna nos acompaña, mañana seremos millonarias. Ja.

la que escribe Bridget Jo :: 15:01 :: 9 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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