ya son treinta y uno

lunes, mayo 15, 2006

COSAS DE LA VIDA

Ok. Este tendrá que ser un post en capitulos porque un fin de semana tan ajetreado como el que acaba de pasar merece ser contado por partes.

LA DESPEDIDA
El viernes, después de una semana larga larga como la cuaresma, La Niña Web y una servidora nos dirigimos muy decididas a la entrevista que nos hizo Marta Lama en bonita estación de radio. Nada mal, a no ser, por dos o tres preguntitas como el clasiquisisisimo "¿Qué significa Chilango?" la cual ninguna personita de esta redacción tiene ganas ni intenciones de contestar.

En fin, de ahí a despedir en un antrito de esos poperones a la bonita Niña Neumann ahora casi exPR. Obvio, mi piesecito bailarin agradeció la musicalidad del asunto pues no paré un segundo. Y me sirvió para distraer el ánimo visto que la Niña Web se enfrasco en uno de esos maravillosos dates que parecen salir bien a la primera.

LA LLAMADA
Después del festejo hasta las cuatro am, no pude hacer menos que abrir el ojo por ahí de las 11 y no logro recordarlo pero creo que fue gracias a una sorprendente llamada del Chico PR (¿pues no que regresaba el domingo?). La voz veloz y la propuesta: una boda en menos de una hora... ¿puedo lograr vestido, taconazo, pelazo y producción completa en ese tiempo? Ja. ¡Por supuesto! Todo, claro, si no fuera yo la viva representación de Bridget Jones.

EL PAPELÓN
Bastó que decidiera el outfit para que me diera cuenta de que le hacía falta una "planchadita" al asunto. Y ahi te voy, empijamadísima, a la tintorería de la esquina para tener el famoso vestidito listo en menos de lo que canta un gallo. Y sí, el vestido estuvo listo. Con lo que no contaba era con que a mi regreso a casa caería en la cuenta de que las llaves habían desaparecido. Entonces, sí entré en pánico. Ahi estoy yo, paradita, empijamadita, con vestido planchado en mano, fuera de la puerta y lagrimón en el ojo llamando a La Jefa para que interrumpiera sus actividades y viniera a salvarme del caos. Y el tiempo corría.

Vayan a creer, que los verdaderos superheroes de mi trágica historia fueron los bonitos señores mecánicos que, por fortuna!, son mis vecinos. Ante el lagrimón y la desesperación, corrieron por una interminable escalera para que yo, cual rapunzel o cualquier otra damisela en apuros (pero al revés), entrara por la ventana de la sala para preparar la producción. Uff!

EL EVENTO
Una vez resuelto el asunto, tranquilizados los ánimos y coloreados los labios, me encontré con El Chico PR, recién desempacadito de tierras cariocas. Confieso que esperaba que la efusividad se desbordara por los poros (cosas del espiritu tropical) pero todo fue muy light. Ya a estas alturas empiezo a creer que al muchacho no se le da eso de las expresiones y aspavientos ni para bien ni para mal.

LA PREGUNTA
Total que la boda (con un drama particular que la convirtió en un asunto por demás emotivo) fue como tenía que ser: jardin, carpa, comidita exótica, buena música y, afortunadamente, dos compañeras de mesa muy correctas. O casi. Sólo tuvieron a bien romper en dos ocasiones mi tan dificilmente adquirida "paz interior". La primera con la bonita pregunta
"¿por quién vas a votar?" cargada de prejuicios antes siquiera de escuchar mis respuesta.
En fin, una vez más y ya casi con cansancio, repetí el speech tan dominado sobre el por qué de mi elección en las urnas. Yo digo, si a la gente no le interesa escuchar otras propuestas, entonces ¿para qué preguntan?. En fin, una vez librado el primer bache, llegó el segundo para el cual no estoy tan preparadísima.
"¿Son novios?"... Silencio
Abrí los ojos como platos y reventó mi usual risa nerviosa que ayuda cuando no tengo idea qué contestar. El susodicho en tanto, se distraía no sé si por auténtico 'autisteo' o para evitar dar respuesta.
Dije algo así como "no.. sí... no sé... salimos".. ¡qué jodidos! ¿por qué tengo que responder yo a eso? ¿de verdad es hora de ponerle nombre y apellido a esto? ¿y de ser así, tendría algo de malo? Ufff! Y es que, confieso, a tres meses de distancia del primer encuentro yo no tengo la más remota idea de cómo ponerle al estatus oficial.

¿Y YO DÓNDE ESTABA?
Después del incidente, el evento continuó con éxito. Miren que hasta la cosa de la pista de baile nos salió rebien. Claro, todo mientras mi 'interesante' gusto musical estuvo bien servido. Pero ahi va, final de boda, pista tranquila e inician los acordes de tremendo éxito musical para mi desconocido.

Oh no! Los invitados al completo (incluído El Chico PR) iniciaron a balancear los brazos al lado del cuerpo mientras saltaban de un lado a otro ritmicamente. Yo me quedé parada, enmudecida sin saber lo que sucedía y El Chico PR me miraba como no creyendo mi ignorancia musical. Ja. Digo yo, ¿por qué soy la única que se perdió ese capitulo importantísimo de la historia musical mundial que representa In your eyes en el concierto de Peter Gabriel?!!

EL REGRESO
Ya para finalizar, después de una tarde movidona, regresamos a casa con todo el cansancio que El Chico PR traía cargando. Aunque eso no evitó que se tocará por ahí el tema del dramón de la semana pasada. Confieso que no lo esperaba pero se me hace que al muchachillo no le fue tan indiferente como parecía. Por más que traté de evadir el tema hubo un punto importante en la conversación. El susodicho dijo:
"Esas son cosas que no cambian. Sólo hay que ver si estamos dispuestos a vivir con ello".
Buen punto, digo yo. Aunque pedí disculpas y asumo mi equivocación también conozco mi temperamento. Y creo que tengo otras buenas cosas que le dan balance a la situación. Pero también que, como dijo el señor astrólogo de cabecera, las personas verdaderamente honestas son las que se muestran tal cual son. Y yo, en serio, ya en serio, soy de espiritu tropical, movidita, exaltada, efusiva y folclórica. Con todo y los reveses que ésto represente. Y sí, digo yo, si El Chico PR se la va a aventar, bienvenido a mi mundo exótico. Y aquí un secreto: lo que no sabe el susodicho es el conflicto que me ocasiona verme en la necesidad de pedir una disculpa, agachar el cuerno, comerme mis palabras. Y con tal de no verme en esa penosa necesidad soy capaz de controlar fieramente mis arranques histéricos. Ja.

LA DESPEDIDA
En fin. Ya en la puerta de casa, yo ilusamente, supuse que después de muchos muchos dias de ausencia, habría un arranque de euforia pasional. Ja ja. No fue así. La despedida se dio en la puerta de casa, con un beso y un "nos hablamos"(!¡). ¡Qué cosa! Esta es otra de las etapas del aprendizaje, hacía mucho que no salía con alguien dispuesto a pasar una velada conmigo y sin la prisa urgente de quitarme la ropa. Suena raro, pero se agradece.

la que escribe Bridget Jo :: 08:52 :: 7 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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