ya son treinta y uno

miércoles, mayo 24, 2006

DIA TRAS DIA

Bueno bueno, después de unos dias tristeando se nos secaron las lagrimitas.

Para no perder el ritmo aquí un recuento veloz:
Desde el jueves, la cena con La tia Guapa y familia me dio muchas horas de risas y justificaciones con esto de tener un blog.

El viernes no nos dio tregua y aunque pareciera que después del cierre la Redacción Chilanga queda por los suelos, tuvimos pila para las rigurosísimas quesadillas del Desierto de los Leones (con todo y tambora amenizando la sesión), después un cafecillo con La Niña Lou de las Playas apenas ennoviada y ya con cuestionamientos sobre su recién estrenada vida amorosa.
De ahí, a una intensa sesión de terapia. Mi Chiquito Gurú me sacó varias lagrimitas (mismas que no pararon hasta hace unas horas). Y para terminar como se debe, la noche se me fue en bailar hasta casi romperme los tobillos en La Perla, lugar de mis grandes éxitos.

Le siguió un sabado como hace mucho no pasaba: desayunando con El Chico Grande y haciendo esas cosas de centritos comerciales que tanto disfrutamos juntos. Por la tarde, un nuevo corte de pelo y riguroso tinte nos transformó el exterior para moverle el motor al cambio interior.
Eso sí, la euforía no dio para asistir al fiestononon de Nokia Trends con La Niña del Web y el susodicho que la tiene con sonrisa de oreja a oreja en los últimos dias.

El domingo, era hora de tranquilizarse y lo conseguimos en familia: mucha abuela y abrazos para recuperar el corazoncito.

Para iniciar la semana, llegó otro mensaje del Amigo Napolitano de los Ojos Bonitos, uno de esos que tocan profundito al alma. Igual de profundito fue el café de tarde con El Chico Grande y la feliz noticia del 'habemus depa' del Chiquito Venezolano. Ahora sí, declarado oficialmente chilango y con las llaves en mano de su nuevo piso condesero.

El martes, como si la vida se empeñara en demostrarnos que lo bueno lo traigo puesto, la cita con la bonita nutrióloga nos dio el empujoncito que faltaba. Después de muchos esfuerzos ahí estan los resultado: vaaaaarios centímetros menos en cadera y pancita, varios kilitos menos en la báscula y el ego que casi no me deja entrar por la puerta. Fue tal la felicidad, que el pequeño accidente automóvilistico, obra una vez más de mi infalible distracción, pasó casi desapercibido por mí.. y ooobvio, por la Princesa Yaris. Cerramos la tarde con buen cine de arte compartido con La Jefa y El Chico Grande.

Todo esto, salpicado de la presencia de Islerodemiura que tuvo a bien reaparecer en los últimos dias de tristeza profunda. Curiosa es la vida, que nos pone en par hasta para compartir los lagrimones. Él por su abuela, yo por la desazón de mis intentos fallidos. Fueron dias de quedarnos dormidos en llamadas de madrugada hablando de todo y nada o frente a absurdos partidos de futbol de equipos de quinta división sudamericana.
Y por supuesto, se agradece una mañana como la de hoy por la mañana, desayunando en El Péndulo rodeados de libros y palabras como si fueran de nuestra familia.
Me gusto salir de ahí, riéndonos con la complicidad que nos da conocernos desde hace varios siglos y con "El" libro en la mano: El de los jardines y las letras árabes.
Antes de subir a mi coche, se acercó con esa sonrisa de lado que me distrae. Se me puso de frente y cerquita y me dijo, casi en secreto:
-"no te apropies del personaje.. "
Lo sabe, pensé.
Pasó antes, pasa ahora. La Reina del Sur, Diablo Guardián, El vuelo de la Reina... sucede cada vez que me entrega una historia en las manos. Es casi un mensaje, un recado, una advertencia. Algo que me dice, queditito, con las letras de otros.

la que escribe Bridget Jo :: 22:52 :: 10 Le entran al cuento:

Poniendole de su cosecha

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